Este mandala envuelve con ternura, suavidad y calidez emocional.
Ideal para quienes quieren crear un espacio amoroso, tierno y acogedor. Sus tonos pasteles inspiran autocuidado, dulzura y reconexión con lo femenino. Perfecto para dormitorios, salas de meditación o como regalo significativo.
Elaborado en madera MDF de 30cm, pintado con técnica de puntillismo.
Cubierto con resina para un acabado brillante, resistente y duradero.
Esto no solo protege el mandala, sino que realza su profundidad y color, haciendo que cada detalle cobre vida.
PIEZA ÚNICA